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¿En qué orden debes aplicar tus cosméticos en la rutina facial?

¿Qué va antes el serum o la crema? ¿El protector solar se aplica siempre antes del maquillaje? Y… ¿el contorno de ojos dónde va? 

A la hora de llevar a cabo la rutina facial diaria, sabemos para qué sirve cada producto. Ahora bien, ¿tienes claro el orden de aplicación de tus cosméticos? Despejamos la incógnita en esta guía, paso a paso, para que te quede claro cómo hacer tu rutina facial y que esta sea súper efectiva.

¿Cuál es el orden que debes seguir en tu rutina de belleza?

1. Limpiador: este es el paso imprescindible que tienes que hacer para que la rutina de cuidados sea realmente efectiva. Si no limpias la piel por la mañana, estarás aplicando un producto encima de otros (restos del tratamiento nocturno) y no solo eso, también sobre restos de sudor y sebo. Por la noche, la limpieza debe ser más minuciosa, ya que durante el día, la piel está más activa, suda y segrega más sebo a medida que van pasando las horas. Además, dependiendo de nuestros hábitos y estilo de vida también le afectan otros factores como: si te has maquillado, aplicado protector solar, estás expuesta a una alta contaminación ambiental, a la exposición solar…

Recuerda escoger un producto limpiador adecuado a las necesidades de tu piel. Si necesitas conocer los distintos tipos de limpiadores que existen y los que recomendados según tu tipo de piel, te lo contamos en el artículo 3 cosméticos indispensables que debes incluir en tu rutina, tengas la piel que tengas

Si estás maquillada, antes del limpiador, debes usar un producto desmaquillante específico o un aceite / bálsamo que elimine el maquillaje (en su defecto, el agua micelar pero nosotros solo te la recomendamos para días puntuales, de mucha prisa, cuando estás de viaje…) y luego continúas con el limpiador habitual.

2. Tónico o hidrolato: puedes usar un agua floral o hidrolato, un tónico, una bruma facial… Este producto es un extra dentro de la rutina, y te ayudará a restablecer el pH tras la limpieza de manera más rápida. Esto es muy interesante para que el manto ácido se reponga enseguida y tu piel esté más protegida. Dependiendo de su composición tendrá una función específica: calmar, refrescar, hidratar, matificar o incluso exfoliar ligeramente. 

Lo ideal es que lo pulverices en forma de lluvia sobre el rostro o bien aplicándolo en tus manos y ejerciendo ligeros toquecitos sobre toda la cara, cuello y escote.

3. Contorno de ojos:  en este paso incluimos también la aplicación del contorno de ojos. Es un paso previo a la hidratación propiamente dicha. Ideal para cuidar esta zona tan delicada que tiene características diferentes.

Es una piel más fina, más frágil, que tiende más a la deshidratación y requiere cuidados diferentes. Con una pequeña dosis de producto similar a un grano de arroz tendremos bastante para los dos ojos. Lo repartiremos en pequeñas gotitas al principio de la ojera, sobre el borde óseo de la órbita inferior del ojo, deslizando suavemente el producto desde la unión con la nariz hasta la comisura externa del ojo junto a las patas de gallo, dónde insistiremos un poquito, siempre dando toques con el dedo, hasta su completa absorción. Después hacemos lo mismo en la parte superior, pero no es el párpado directamente, si no que debe ser en la zona de bajo de la ceja, dando al final pequeños toquecitos para activar la circulación. 

Se recomienda para este paso usar el dedo anular de las manos pues es el que menos fuerza tiene y tratará con más mimo esta delicada zona.

Una de las razones más importantes por las que aplicamos el contorno de ojos primero es porque de esta manera evitamos que penetren con tanta facilidad los activos que contienen el serum y la crema. Imagínate que estés usando un serum o hidratante con principios activos potentes y lo apliques primero y cerca de los ojos. La piel del contorno es muchísimo más fina y delicada que la del rostro y podría darte una reacción inesperada. 

4. Serum o ampolla: ya sea de base acuosa u oleosa,  el serum es un producto extra dentro de la rutina, más ligero que una crema puede ayudarte a complementar tu objetivo de belleza. Por ejemplo si necesitas aportar luminosidad, puedes incluir un serum que contenga ingredientes antioxidantes, y luego la crema hidratante. Así le aportas un plus a tu cuidado diario.

Por norma general, es mejor que apliques el serum sobre la piel seca, con un masaje suave o con ligeros toques hasta que se absorba.

4. Crema o fluido: otro de los cosméticos que nosotros consideramos indispensables en la rutina, porque te ayuda a mantener la hidratación y además, dependiendo del resto de la fórmula cosmética, contribuirá también a nutrir, calmar, matificar… según qué caso. No te olvides de hidratar también el cuello y el escote ya que tienen características similares a las del rostro.

Este paso es muy importante si quieres mantener la elasticidad de la piel y que luzca con un aspecto más joven.  Emplea movimientos para potenciar y sacar el máximo partido al producto:movimientos ascendentes y toquecitos con todos los dedos posicionados sobre el rostro. Principalmente para activar la circulación y para alisar las líneas de expresión.

5. Aceite: los aceites son un añadido para un momento o época puntual en las que necesites reforzar la función barrera de la piel, además de aportarle las propiedades concretas según el tipo de aceite empleado.

Si te gustan los aceites puros, te recomendamos que incluyas aquellos ricos en ácidos grasos esenciales como el de rosa moqueta (muy rico en omega 3 y 6) o el de sésamo (destaca en omega 6)

  • Puedes aplicarlo después de la crema o mezclar unas gotas con la crema.
  • Excepción: si el aceite es muy ligero y de absorción rápida, puedes aplicarlo antes de la crema.

6. Protector solar

  • Excepción: si te decantas por un protector solar en bruma, polvos sueltos o compactos, lo aplicarías después del maquillaje.

7. Maquillaje: aplicas como de costumbre pero no te olvides de hidratar y mantener jugositos tus labios.

En conclusión, este es el orden de aplicación de los cosméticos que consideramos estándar para que tu rutina facial sea todo un éxito. Y si en algún momento te asaltas dudas, piensa en las texturas y aplica siempre de más ligeras a más densas.

¿Cómo saber si los productos que estás usando son adecuados para tu tipo de piel? 

 

Para llevar a cabo una rutina de belleza con los productos adecuados para tu caso, es fundamental conocer primero el tipo de piel que tienes y también el estado en el que se encuentra. Descubre qué tipo de piel tienes: aprende a identificar sus necesidades.

Si prefieres unos cuidados minimalistas, échale un vistazo al artículo: 3 cosméticos indispensables que debes incluir en tu rutina, tengas la piel que tengas

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