Autocuidarse significa tomar conciencia de la importancia de participar de forma activa en nuestro propio cuidado. Realizar de forma consciente acciones a lo largo del día que nos aporten bienestar o salud, nos reporta grandes beneficios: nos ayuda a desconectar del ajetreo diario y reconectar con nosotras mismas, a elevar nuestra autoestima, a aceptarnos y querernos más, y mejor.
El autocuidado puede hacerse de diversas formas: a través del deporte, del yoga, de la meditación, a través de una alimentación sana y equilibrada o de la belleza.
Lo ideal es experimentar y hacerte tu propio ritual de autocuidado con aquellas cosas que te sienten bien.
Una forma de cuidarnos y mimarnos es a través de la belleza. Cuidar de nuestra piel nos ayuda a sentirnos mejor. Y esto podemos hacerlo rápido y corriendo, o hacerlo despacio y con atención. Si a la acción de cuidar nuestra piel le añadimos presencia y elementos que nos hagan sentir bien, será mucho más potente. Elementos que activen nuestros cinco sentidos, como una música que te lleve a la calma, un aroma que te guste, una flor que te conecte con la naturaleza…lo que sea, que a ti te haga sentir bien. Esto es crear un ritual, tu propio ritual. Y no tiene porque ser largo, puedes adaptarlo al tiempo que tú quieras.
Dependiendo de nuestro momento vital esto puede ser muy fácil o puede ser complicadísimo. Se me viene a la cabeza la época en los que Lena era un bebé y se pasaba el día pegada a mi pecho. Puede parecer increíble, pero había días en los que sacar un minuto para mi era una misión imposible. Si estás en esta fase u otra similar, no te agobies. Todo pasa y, tarde o temprano, encontrarás la forma de hacerlo. Cuidarte no tiene porque conllevar una acción concreta. A veces no hacer nada, por ejemplo, es una forma de mimarte. Aceptando la situación y rindiéndote al momento, sin nadar a contracorriente.
En otros casos no es un problema de tiempo sino de actitud. Nuestro día a día es tan intenso, con tantas cosas que hacer, quepensar, que organizar… que nos olvidamos de nosotras mismas. Y tomar consciencia de esto puede cambiar tu día a día. Por eso, reflexionar sobre esto e ir creando pequeñas rutinas poco a poco, puede cambiar esa inercia del día a día y llevar una vida más slow, más consciente y respetuosa contigo misma.
En este post te proponemos crear tu propio espacio de belleza, para que hacer tus rituales sea mucho más sencillo, apetecible y enriquecedor.
Razones para montar tu espacio de belleza en casa
Necesitas muy pocos recursos para montarlo
Te va a apetecer más dedicarte tiempo y valorarte
Es mucho más cómodo y útil que usar el lavabo del baño
Tus cosméticos y demás utensilios se mantienen en mejores condiciones lejos del baño (una zona de cultivo para microorganismos por los cambios de temperatura, humedad.
¿Qué necesitas para montar tu espacio beauty?
Una mesa pequeña, puedes darle forma de mesa usando un par de caballetes y una tabla. Por ejemplo en la foto, hemos montado nuestro set con unos caballetes pintados de blanco y un tablón en madera natural de 1,20 cm de largo y 60 cm de ancho.
Cajas, cajones, baldas o un mueble archivador. Si tu mesa ya tiene cajones, puedes incluir en su interior organizadores de cristal o plástico para tener tus útiles y productos ordenados.Hay mesas que ya tienen incorporados cajones en la parte superior. Pero en este post, te invitamos a que valores lo que ya tienes en casa para darle forma a esta zona especial. Puedes guardar también en los cajones o cajas: tus joyas, gomas, pinzas, cepillos para el cabello…
Espejo, colgado en la pared o de mesa. Incluso si quieres añadirle uno grande que abarque la anchura total o parcial de la mesa.
Silla, butaca o taburete. Ten en cuenta el tiempo que dedicas a estar sentada, si prefieres que tenga respaldo o no, si prefieres comodidad o algo más práctico.
Iluminación. Este elemento es fundamental y siempre que puedas te recomendamos orientar el tocador próximo a una ventana para disfrutar de la luz natural. Sin duda, es la mejor iluminación sobre todo para maquillarte. Pero evita que la luz del sol incida sobre tus cosméticos.
¿En dónde montarlo? Puede ser en esa segunda habitación que tienes un poco patas para arriba, en el propio dormitorio, en el vestidor o incluso en el salón.
Otros componentes decorativos: jarrón con flores frescas, preservada o en papel, velas, incienso, ambientador y ¿por qué no un libro o revista de belleza?
Lo que marca la diferencia: ritualiza tu rutina añadiendo elementos que te hagan sentir bien: música, aromas…Para estos momentos en los que te apetece dedicarte a ti misma y evadirte, te aconsejamos que le des forma a tu propia playlist y disfrutes más de ese ratito entre velas y mimos con buena música. Nosotros hemos creado una para ti. Quizás ya te tengas la canción perfecta para tu ritual, pero si no es así, espero que en esta selección encuentres la tuya. Dale aquí para ir a la playlist
Si aún no tienes ningún ritual, puedes inspirarte pinchando aquí.
...Y por último...cómo conservar y almacenar en buen estado tus cosméticos
Revisar a menudo la fecha de caducidad y el PAO (Period After Opening: el periodo de vida útil de un producto cosmético desde que se abre su envase por primera vez. Todos los productos que estén pasados, retíralos y llévalos a un punto limpio. Esto hará que seas más consciente a la hora de comprar cosméticos.
Cosméticos que vienen en tarro: debe cogerse el producto mediante una paleta plástica (si no tienes, valdrían las de los helados – por supuesto bien limpia y desinfectada).
No tires los envases e instrucciones de los productos mientras los estés usando. Te lo digo por propia experiencia, aunque esto es característico de algunas personas, como lo de cortarle la etiqueta a todas las prendas de ropa, y cuando tienes dudas con los cuidados que debes darle a la prenda, te tiras de los pelos. Con los cosméticos pasa igual, si el producto viene en una caja es porque tiene información extra y es importante para el consumidor, y debes tenerla a mano para consultar dudas que te surjan mientras lo estés usando. Luego, por supuesto, no almacenes, tira los envases vacíos a su contenedor correspondiente.
Guarda todos los utensilios en cajas o cajones: brochas, discos de tela, muselinas, esponjas, bastoncillos… todos aquellos útiles que van a estar en contacto directo con la piel, para evitar la entrada de microorganismos. Así mismo, limpia estos útiles a diario con agua y jabón suave y una o dos veces por semana hazlo a fondo.
Mantén bien cerrados los productos tras su uso. Seguro que más de una vez con las prisas, habrás dejado el tarro de la crema mal cerrado – a mí también me pasa – y eso hace que el producto además de perder eficacia, puede llegar a ser un problema para la piel por estar en mal estado.
Puedes guardar todos los productos en una caja o cajón – si tu mesa de tocador los tiene, en uno puedes guardar los utensilios, en otros los productos de skincare y en otros los de make up, por ejemplo. A su vez, puedes incluir dentro del cajón un separador con distintos compartimentos y así lo tienes todo mucho más ordenado. Recuerda almacenar los productos cosméticos en vertical.